8 Les entró mucho miedo cuando oyeron que el rey le concedía
autorización para reclutar tropas.
9 La gente de la Ciudadela entregó los rehenes a Jonatán y él los
devolvió a sus padres.
10 Jonatán fijó su residencia en Jerusalén y se dio a reconstruir y
restaurar la ciudad.
11 Ordenó a los encargados de las obras levantar las murallas y
rodear el monte Sión con piedras de sillería para fortificarlo, y
así lo
hicieron.
12 Los extranjeros que ocupaban las fortalezas levantadas por
Báquides, huyeron;
13 abandonando sus puestos partieron cada uno para su país.
14 Sólo en Bet Sur quedaron algunos de los que habían abandonado
la Ley y los preceptos porque esta plaza era su refugio.
15 El rey Alejandro se enteró de los ofrecimientos que Demetrio
había hecho a Jonatán. Le contaron además las guerras y proezas que él y
sus hermanos habían realizado y los trabajos que habían sufrido.
16 Y dijo: «¿Podremos hallar otro hombre como éste? Hagamos de él
un amigo y un aliado nuestro.»
17 Le escribió, pues, y le envió una carta redactada en los siguientes
términos:
18 «El rey Alejandro saluda a su hermano Jonatán.
19 Hemos oído que eres un valiente guerrero y digno de ser amigo
nuestro.
20 Por eso te nombramos hoy sumo sacerdote de tu nación y te
concedemos el título de amigo del rey - le enviaba al mismo tiempo
una
clámide de púrpura y una corona de oro -. Por tu parte, haz tuya
nuestra
causa y guárdanos tu amistad.»